La luz viene en círculos de fuego
a disipar ciertas oscuridades geométricas
que me han doblegado entre mármol y marfil.
No hay clandestinidad ni hermetismo
que lapiden la virtuosa realidad de mi sueño;
Ya no caen sombrías las palabras;
mi silencio ya no es destierro ni agonía
Mi hiedra crece insalvable
libros y serpientes se han ido.
Me queda la impetuosa ignorancia del mar
quizá un río de sangre o una calavera de cobre,
sólo cenizas de relatos épicos,
sólo el olvido, la historia muerta.
No hay brillo ni oro en los ojos del infierno;
No hay alas para mí en los ojos de Dios;
Finitudes eternas, infinitos comienzos;
no termina de caer ésta o aquella
en realidad la misma hoja.
Silencio.
Hay océanos fríos en los párpados heridos
no hay sentencias ni letras
hay huellas en el viento.
Como al principio
del agua y de la tierra
un nuevo cuerpo, un nuevo tiempo,
otro insensato, otro pobre, otro prodigio.
otros círculos de fuego...
Facundo
lunes, 23 de noviembre de 2009
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1 comentario:
Genial lo de Facundo!
Merecido su premio y reconocimiento aunque él mantenga su ego equilibrado con un: "si, está bien" con tono desganado.
Es más tan pronto pueda lo felicitaré nuevamente.
Y a vos pez de ciudad... no sabes lo que te extraño!
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