jueves, 31 de diciembre de 2009

“A nosotros en este tiempo nos besa la nostalgia,
el corazón se nos agrieta y el amor nos señala
con sus modos singulares.
Comprendemos así que esa extraña esencia (El amor)
puede escaparse desde una lágrima,
de un sollozo pequeñito o de la doliente memoria
de los nuestros.
Para acompañarnos en la patria azul
del ensueño envolviéndonos con fervor
en la hora gris de la alta noche y su misterio.
O en la diáfana mañana, con fragancia de limones y café,
en la que un ave le canta al corazón esas cosas,
que sólo el amor entiende.
Estremeciéndonos el alma llana, al evocar aquellos ojos
que se llevó el mar. Y los muchos sueños
que selló la noche.
Es inevitable que en estas fechas nos roce la pena,
con sus razones varias que hieren el entendimiento.
¡Qué le vamos hacer!
Hijos queridos: en estas fiestas sólo podemos ofrecerles,
pedacitos de pan tierno desde el horno de nuestros corazones”.

Manuel De La Flor.

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