lunes, 9 de marzo de 2009

El mejor vino tinto

La luz apenas no existe en las noches de insomnio y el segundero de aquel reloj le declara orgulloso "triunfo" al silencio. Sobre la mesa, una copa vacía. Podría beber agua y satisfacer mi necesidad. Tal vez, también, podría beber del mejor vino tinto y satisfacerme aún más. Mejor la copa vacía, en el empinoso vértice de la mesa, siempre vacía, siempre anhelando la caída. Hay veces que hasta el mejor vino tinto sabe amargo.

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